La mayoría de las personas diagnosticadas con esclerosis múltiple pueden experimentar posibles recaídas, también conocidas como exacerbaciones, ataques, brotes, crisis o episodios, estas reincidencias normalmente ocurren en pacientes con formas recurrentes-remitentes, progresivas-recurrentes y, a veces, secundarias-progresivas de Esclerosis Múltiple.
Las recaídas no ocurren en casos como la EM progresiva primaria, aunque los pacientes pueden experimentar fluctuaciones cotidianas en cómo se sienten. Además una recaída puede arriesgar al paciente en presentar nuevos síntomas o un aumento en los síntomas existentes. Estos generalmente persisten por un corto período de tiempo (de unos pocos días a unos pocos meses) y luego pueden permanecer sin síntomas por períodos de meses o años.
¿Qué producen las recaídas en la esclerosis múltiple?
No hay estudios que alerten con exactitud un posible brote o exacerbación en la esclerosis múltiple, sin embargo se determina que ciertos factores podrían adelantar una crisis en la enfermedad, la exposición al sol puede ser un determinante debido que sus rayos ultravioleta son un gran motivador para que el sistema inmunitario comience a detectar posibles amenazas en el cuerpo. Los ejemplos de posibles brotes incluyen otras enfermedades o infecciones, ejercicio, un ambiente cálido, depresión, agotamiento y estrés.
Por esta razón la mayoría de los especialistas recomiendan a cabalidad el control de la esclerosis múltiple, ésta es una enfermedad que necesita estar constantemente evaluada por un profesional de la salud, es importante chequear el funcionamiento de los medicamentos y la recuperación del paciente.
El estar atento de los posibles síntomas aparecidos durante un periodo de recuperación de EM, permite alertar tanto al médico como al paciente de la aparición de una posible recaída, debido que esta produce inflamación a lo largo de los nervios y la mielina, lo que hace que los pacientes tengan un empeoramiento o recurrencia temporal de los síntomas existentes y / o la aparición de nuevos síntomas.
Esto puede variar desde unos pocos días de duración hasta unos pocos meses, seguido de una recuperación completa o parcial (remisión). Los síntomas físicos agudos y los signos neurológicos deben estar presentes durante al menos 24 a 48 horas, sin ningún signo de infección o fiebre, antes de que el médico tratante pueda considerar este tipo de brote como una verdadera recaída.
La infección del tracto urinario (ITU) es el tipo más común de infección que causa una pseudoacerbación. Además, las personas con EM «sensible al calor» experimentarán un aumento temporal de los síntomas cuando la temperatura de su cuerpo aumente, a menudo después del ejercicio. Muchas personas sensibles al calor pueden optar por evitar los jacuzzis, saunas u otras situaciones que pueden elevar la temperatura del cuerpo.
¿Cómo se tratan una recaídas?
Las recaídas generalmente se tratan con una dosis alta de corticosteroides potentes (un tipo de esteroide) durante un período de tres a cinco días.
Estos se administran por infusión intravenosa (IV), administrando el medicamento directamente en el torrente sanguíneo para una respuesta más rápida. La administración puede realizarse en un hospital, centro de infusión o, a veces, en el hogar. Algunos médicos recetan esteroides orales después del tratamiento de dosis altas, para aliviar al paciente de la medicación. Estos generalmente se reducen en una o dos semanas.
Otra opción aprobada por La Agencia de Medicamentos y Alimentación (FDA) es Acthar Gel, que contiene una forma altamente purificada de la hormona adrenocorticotropina (ACTH). Se administra una vez al día durante dos o tres semanas y se inyecta en el músculo o debajo de la piel.

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